Consejos para evitar una relación tóxica – Parte 1: Aléjate de los estados de confusión en tu Sumisión

Confusión en la Sumisión

La confusión en la Sumisión, al igual que en cualquier proceso de la vida, no es algo con lo que debamos quedarnos.

La Dominación tiene que ser un medio para resolver dudas. No aceptes nada por debajo de ese concepto.

Podemos estar en proceso de desarrollo, no tener acceso a información suficiente y carecer de mucha experiencia, pero no podemos tener dudas sobre hacia dónde vamos, ni del propósito que nos motiva.

Tienes todo el derecho a recibir respuestas claras a tus dudas y propuestas concretas para tu Sometimiento, pero también deberás estar dispuesta y preparada para enfrentar lo que sea que impliquen esas respuestas y las condiciones de esas propuestas.

Cuestiónate a ti misma y cuestiona a tu Dominante, ve a buscar una solución sin importar si te gusta o no, o si parece muy difícil o temerosa. No necesariamente tiene que ser una respuesta definitiva, ni una verdad absoluta, pero sí debe mostrarte un camino específico hacia el placer, o por lo menos, una pasión honesta por la exploración de una incógnita mutua en el océano infinito de lo desconocido.

Si el alumno saca malas notas, es el profesor quien debería ser castigado. Si ocurre lo contrario, ya no sería un proceso de aprendizaje, sino un simple caso de narcisismo primitivo, basado en la necesidad de estatus.

Si estás confundida por los procesos que un Dominante te plantea, muy seguramente es porque estás en el lugar equivocado.

La exploración y la construcción de tu Sumisión es un trabajo en equipo, entre tu Dominante y tú. Aunque tu Sumisión te haga disfrutar de estar por debajo de él, también debes tener presente que es tu responsabilidad cuestionar si se están generando consecuencias positivas o negativas desde ese proceso.

Ten en cuenta que solemos idealizar las cosas, las personas, los pensamientos y todo nuestro entorno, con el simple objetivo de no enfrentar una realidad que no queremos sentir. Esto nos pasa a todos los seres humanos, sin excepción y deberás luchar a diario para no dejarte llevar por ese fenómeno tan natural, pero tóxico.

No confíes en ti, busca siempre referentes, otros ejemplos y alternativas que puedan ofrecerte algo mejor a lo que actualmente tienes. Pero, no confíes en las personas tampoco. Confía en las evidencias de los resultados que otros hayan obtenido sobre los ámbitos en los que tú sólo encuentras dudas.

Deja de culparte, es cierto que es tú responsabilidad no poder generar un cambio en tu vida, pero un Dominante está para estimular ese cambio. Si no lo has logrado es porque él no te ha sabido mostrar el camino que te permita entender lo que necesitas para alcanzar ese objetivo.

Tu culpa se encuentra en estar cegada por la necesidad de cariño, o por alguna carencia que aún no entiendas, o en no tener el cuidado de invertir tiempo en un entrenamiento adecuado para tu Sumisión, requisito fundamental para poder identificar esas necesidades. Eso sí depende de ti, pero las confusiones que surgen hacia tu Sumisión siempre serán derivadas de la falta de propósito y experiencia en un Dominante, y eso no tiene nada que ver contigo.

Nunca justifiques tus dudas, más bien trata de sacar los ovarios necesarios para tomar las decisiones que te lleven a soluciones prácticas, en lugar de ideas subjetivas y cobardes, desde lo que tú pienses que deberías hacer.

Si las consecuencias negativas y las confusiones sobre tu Sumisión son constantes, pero tu Dominante no te brinda una solución y tú decides quedarte promoviendo esa situación, tendrás que asumir la responsabilidad de tu miseria e insatisfacción.

Recuerda que eres tú quien decide la ruta hacia la búsqueda de tu placer.

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