Consejos para evitar una relación tóxica – Parte 3: No justifiques el miedo a tus sentimientos

Miedo a sentimientos

Los sentimientos son expresiones naturales que surgen de acuerdo al tipo de vínculos que produces. Si tienes experiencias cotidianas con alguien, en las que aprendas o te desarrolles como persona, es lógico que se manifiesten espontáneamente sentimientos positivos hacia esa persona.

El amor es una simple consecuencia de las interacciones sociales entre humanos y, sin embargo, este fenómeno totalmente orgánico e inevitable, tiende a generar confusión cuando existen asociaciones negativas sobre cualquier tipo de sentimiento que pueda surgir.

Ya sea por prejuicios sociales establecidos, o por simples experiencias negativas del pasado, o por traumas más complejos de la niñez, mucha gente prefiere evadir y ocultar sus sentimientos, antes que volver a revivir su sufrimiento.

Lamentablemente, desde esas confusiones, sólo quedan dos escenarios donde una persona podría desarrollarse.

Por un lado, se estimula la búsqueda insaciable por una relación idílica, con perspectivas estrictas sobre el amor, la fidelidad y las muestras de cariño. Estos casos se tornan rápidamente insostenibles y muy pocas personas logran soportar las exigencias infinitas, que surgen desde la desconfianza y la necesidad descontrolada por la perfección.

Por otro lado, sólo queda establecer relaciones vacías, aburridas y desligadas completamente de cualquier sentimiento, renunciando incluso a personas importantes, que podrían generar grandes aportes positivos. Estos casos concluyen en el vacío nihilista de no encontrarle sentido a las interacciones sociales y de caer en la tergiversación depresiva de sentirte sola, incluso cuando estás rodeada de muchas personas.

Por lo tanto, si te encuentras en conflicto porque no se dan las cosas como quieres en tu relación actual, o te la pasas teniendo interacciones insignificantes con muchas personas, sin encontrar satisfacción, probablemente es porque estás huyendo de tus propios sentimientos, tratando de ocultar tu sufrimiento.

Un Dominante que no sepa controlar estas asociaciones negativas nunca podrá estimular la Sumisión.

Tu objetivo como Sumisa debe ser amar en calma, sin miedo a sentir, pero sin necesidad de amar o ser amada, que puedas disfrutar de tus sentimientos, no porque es lo que el resto del mundo diga o haga, ni porque tú creas que lo necesitas, sino porque surge de forma espontánea y te brinda la oportunidad de solucionar todos los conflictos de tu vida.

Dejar fluir los sentimientos es lo que te permitirá detectar el sacrificio necesario para poder generar placer. Estar en una relación donde no tengas claro lo que sientes, es fijar tu destino hacia comportamientos impulsivos, que sólo derivarán en la miseria del arrepentimiento.

La Dominación debe expresarse a través de procesos que, sin importar lo dolorosos o complejos que sean, siempre te permitirán entender tus sentimientos.

La Verdadera Dominación sólo tendrá sentido cuando el beneficio de los aportes generados a través de esa disciplina y autoridad, sean tan abrumadoramente positivos, que no tengas más opción sino caer de rodillas a sus pies, para agradecer y pedir por más.

La Dominación nunca vendrá de la simple promesa de una relación tradicional, así que permanece preparada para alejarte de ese tipo de propuestas.

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