Ser Sumisa
La exploración de tu sexualidad y, por defecto, de tu estabilidad emocional, no puede depender de la edad, ni del género, ni de nada. Necesitamos explorar y punto.
Cuando lo que ofreces es placer, no habrá nada que se pueda interponer a las consecuencias positivas de esa intención.
Hay que explorar con responsabilidad, pero si no logras acumular experiencia para entender lo que esa responsabilidad implica, nunca vas a poder aportar nada bueno.
No te dejes abrumar por el “qué dirán”, ni por las reglas absurdas de tu cultura enferma. Hay millones de idiotas, incluyendo padres y familiares, que están imponiendo restricciones sobre tu sexualidad desde que naces, sólo por miedo o por simple ignorancia.
Te lo digo desde ya, ninguno de ellos tiene razón. Nadie conoce tu sexualidad tan bien como tú y, si miras con cuidado, ¿realmente envidias la vida sexual y emocional de los que te rodean?
Aquellos que andan sumergidos en el miedo a lo desconocido, repartiendo reglas represivas e imponiendo señales de virtud a través de la seguridad y la perfección, no son más que seres miserables, muertos en vida que han tomado la decisión de renunciar a sus pasiones y les pudre el alma que los demás puedan ser capaces de disfrutar su existencia, cuando ellos se lo han negado a sí mismos.
No necesitas dinero, ni ser más, o menos, que otra persona. Necesitas la voluntad para salir a experimentar, para ensuciarte en tu propia perversión, para descubrir lo que realmente significa vivir.
La seguridad te la dará tu experiencia y, aunque te vas a equivocar, te va a doler y vas a tener que sufrir, ten la certeza de que tu momento llegará y podrás identificar el camino correcto hacia tu libertad.
Aun así, no camines por separado, busca referentes, hay personas que ya han recorrido este camino, hay quienes realmente pueden entender lo que sientes, sólo necesitas encontrarlos.
Cuando ese momento llegue, no habrá límites, ni personas, ni ideologías que puedan detenerte.
No importa edad, ni género, ni estatus, lo que llevas por dentro siempre encontrará la forma de explotar hacia el exterior. Es tu responsabilidad tratar de que esa explosión sea de placer y no de arrepentimiento.
