Ser Sumisa
La mayoría de la gente se la pasa huyendo del dolor y ocultándose en la comodidad del miedo, buscando una vida fácil. Pero, una «vida fácil» lo único que genera son las frustraciones inevitables de las experiencias sin significado y sin nada interesante para ofrecer.
Solo te quedará la adicción, la ira, la amargura, el resentimiento y la agresividad como herramientas para sacudir tu aburrimiento y monotonía.
Para enfrentar obstáculos uno necesita hacer sacrificios, salir de la comodidad, sufrir destruyendo límites y luchando contra todos los miedos.
Sólo cuando uno atraviesa y logra terminar un proceso doloroso, el orgullo del esfuerzo, la seguridad de ser capaz y la satisfacción de todo lo aprendido, surgirán de forma natural e inevitable.
A través de mi Sumisión he comprobado que, sin importar los resultados ni las consecuencias, siempre podré encontrar satisfacción al superar los obstáculos más dolorosos de mi mente.
El dolor está íntimamente conectado con el placer. Esto no es una opinión, es una realidad y ya está comprobado. Ahora, ¿cómo piensas utilizar ese conocimiento? ¿Qué tan cómoda es tu miseria actual, comparada con el miedo que implica el cambio?
Cuando logras descubrir la forma adecuada de enfrentar el dolor, el miedo deja de ser un enemigo y se convierte en una herramienta para avanzar en tu camino. El placer surgirá espontáneamente, cuando seas capaz de usar tu sufrimiento para darle un propósito a tus experiencias.
Mi Sumisión es la condición con la que puedo canalizar mi dolor, para enfocarlo hacia mi superación personal y la destrucción de todo lo que me afecta negativamente.
¿Y tú? ¿Cuál es el propósito de tu vida? ¿Cuál es el propósito de tu Sumisión? ¿Lo que estás viviendo es realmente todo lo que puedes alcanzar?
