Diferencias entre Dominante y Sugar Daddy

Practica Dominante

He encontrado una confusión cada vez más frecuente entre chicas, que dicen ser Sumisas, pero que en realidad están buscando una vida fácil o un Sugar Daddy.

Quiero dejar absolutamente claro que un Dominante es algo totalmente diferente a lo que cualquier concepción de Sugar Daddy pueda llegar a tener. De la misma forma, cualquier mentalidad de Sugar Baby me parece completamente absurda y autodestructiva, no sólo por una perspectiva desde mi estilo de vida, sino que no se la recomendaría a ningún tipo de persona en este mundo.

Por Sugar Baby no sólo me refiero a las chicas bonitas, de cuerpos espectaculares, que andan de viajes, en yates y en ostentosos hoteles, o de compras en centros comerciales, mantenidas por un tipo que les paga todo.

Con Sugar Baby también me refiero a toda aquella chica primitiva que pretende buscar marido para que la mantenga, la saque de pobre o que le dé una vida mejor que la de sus amigas cercanas.

Ambas situaciones son lo mismo, todas intercambian sus cuerpos por estatus y lujos, sólo que unas lo hacen a un nivel más alto que otras, pero no deja de ser más que una simple transacción. Es el extremo más absurdo de la mercantilización de las relaciones interpersonales en el ser humano.

Y a mí no me convencen con el cuento de que existen hijos y familia, al contrario, me parece aún más tóxico y atroz que, por la inconsciencia sobre la situación, se expongan a niños inocentes a esas condiciones emocionales tan deprimentes.

Es que transformar a una relación en un medio mecánico, para intercambiar sexo por una oportunidad de aquirir lujos o beneficios económicos, no puede traer nada bueno. Eso es la definición más básica de prostitución y se me dificulta dimensionar alguna posibilidad de poder manifestar felicidad y mucho menos placer, bajo esas circunstancias.

Ahora bien, quiero ser muy clara y ofrecer un poco de realidad en este post. Un hombre exitoso, que haya alcanzado sus metas profesionales, que sepa aportar experiencias significativas a su vida y a la de los demás, definitivamente no va a escoger, para compartir todo lo que puede ofrecer, a una prostituta pendeja, hueca, que sólo busque dinero y que lo único que pueda ofrecer sea su cuerpo, ¿acaso ustedes la escogerían?

Eso sólo ocurre en novelas populares, que buscan hacer ganancia a partir de mujeres ilusas, que no son capaces de construir su propia independencia. Al parecer hay un mercado enorme para esa audiencia.

En realidad, cuando un hombre escoge a una Sugar Baby es porque no ha encontrado ninguna otra forma de poder ser valorado por una mujer de verdad y sólo le queda acudir al dinero. O no es más que un idiota arrogante, despreciable, incapaz de ofrecer verdero placer a nadie y que sólo ve a los seres humanos como herramientas para generar estatus.

Sea cual sea el caso, un Sugar Daddy no es más que un reprimido, que ha perdido toda su vida aferrado al dinero y a detalles materiales, pero que no tiene ni idea sobre lo que significa tener un propósito de vida y anda desesperado por “adquirir” cualquier razgo de intimidad humana.

Pero, ¿qué tipo de intimidad podría crearse entre esa clase de personas?

Una mujer cuyo ideal de vida es utilizar a un idiota, que a su vez la mercantiliza, sólo puede terminar odiando a cualquier hombre, transofrmándose en una miserable, que nunca sabrá lo que es el placer o el amor.

Por otro lado, un tipo que no tiene ni idea de vivir, sólo podrá aportar una vida reprimida a una mujer, quien para ese punto, ya habrá renunciado a sus pasiones y a su placer, sólo por una vida fácil y la posibilidad de alardear sobre detalles materiales insignificantes, que nunca llenarán el vacío que siempre existirá en su alma.

Es obvio que ese tipo de personas van a terminar odiándose mutuamente.

¿Cómo se va a alcanzar placer bajo esas condiciones?

Si la relación es una simple transacción, si el sexo es un simple medio de cambio, ninguno de estos individuos va a poder entender las necesidades emocionales que puedan tener, ni mucho menos les va a importar si el orgasmo del otro fue realmente intenso o significativo. 

Ambos estarán en una relación, pero sin realmente querer estar, desapropiados de cualquier vínculo, sin pertenecer a nada y sin comprometerse a ningún proceso que no implique una transacción, totalmente ignorantes de que para obtener placer, mínimo se necesita el sacrificio de los dos.

Si las relaciones interpersonales se fundamentan en una mentalidad mercenaria y mercantilista, no habrá ningún propósito que amerite el autosacrificio, dejando un desapego emocional que destruirá todo lo que significa sentir una experiencia como ser humano.

Es obvio que a estas personas les será imposible crear vínculos emocionales duraderos.

¿Qué diferencia hay con un Dominante de verdad?

Un Dominante NO te va a dar dinero, te va a indicar el camino para conseguirlo tú misma.

No entiendo a qué mente se le puede ocurrir que, para realizarse como mujer, se tiene que depender económicamente de alguien. ¡Qué mentalidad tan mediocre!

Un Dominante NO te va dar una vida fácil, va a estimular tu fuerza de voluntad, para que enfrentes los sacrificios necesarios, que te permitan alcanzar tus objetivos.

De nada sirve huir de los problemas o quedarte quieta en la perfección para evitar equivocarte. Hay que sufrir y romper los límites para poder entender lo que realmente eres capaz de crear.

Eso es más fácil decirlo que hacerlo y a pesar de que hay mucho bobo en redes sociales hablando mierda sobre este tema, ni ellos mismos han podido entenderlo. Un Dominante no te habla, te lo muestra, eso se siente, arde y duele, pero, al mismo tiempo, absolutamente todo te queda claro.

Cualquier otra perspectiva va a terminar dejándote en la miseria de la confusión y en el arrepentimiento de no saber lo que realmente eres.

Un Dominante NO te va a dar simples orgasmos, te enseña a quererte a ti misma, para que puedas querer a los demás y construir vínculos fuertes, más allá de tus necesidades emocionales o tus instintos de animal.

Un Dominante vive para poder transformarte en una fuente de placer, sin importar tu juventud, ni la simetría de tu cuerpo, ni tus condiciones sexuales. Con un Dominante de verdad, vas a poder tener certeza sobre cómo dar y obtener placer a un nivel tan alto, que llorarás de felicidad sólo por haber descubierto todo lo que llevas dentro.

La Sumisión no es un cuento de hadas, ni es una novela romántica. ¡La Sumisión es la vida! Cruda, cruel, trágica, pero deliciosa y satisfactoria.

Si quieres vivirla, pues aprende a escoger, aléjate de las ideologías represivas que sólo quieren justificar su propia toxicidad, o de las perspectivas mercantilistas que sólo buscan hacer dinero para alcanzar estatus a expensas de tu ignorancia.

Recuerda que tienes derecho a escoger y que, si tu vida no te llena de satisfacción, tienes toda la capacidad para tomar un rumbo diferente. No culpes a los demás, más bien toma la decisión de cambiar.

Empieza ahora, empieza a entrenar y te aseguro que, tarde o temprano, lo verás llegar.

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