¿Estás Sometida o eres simplemente una dependiente emocional?

Sumisión v Dependencia

Hoy quiero aclarar varios detalles, que se están dejando de lado y que generan confusiones muy conflictivas sobre las personas que han tomado la decisión de explorar su Sumisión.

Antes de empezar a experimentar, tienes que tener claro que existen mecanismos en el cerebro, absolutamente por fuera de nuestro control, que van a llevarte a generar comportamientos tóxicos, sin poder darte cuenta.

Esto nos pasa a todos los seres humanos y debemos ser conscientes de que tenemos una alta posibilidad de hacerle daño a los demás y a nosotros mismas.

Un ejemplo de lo anterior, que a todos nos pasa, es que se nos repiten los mismos conflictos, pero con personas y condiciones totalmente diferentes, dejándonos la sensación de que el mundo está en nuestra contra.

Es muy probable que en estos momentos te encuentres en una de esas situaciones en las que te sientes abrumada por las dudas o por los sentimientos negativos, sin poder encontrar una solución, simplemente porque te niegas a aceptar que el origen del problema eres realmente tú.

Por lo tanto, no puedes confiar en tu ego. Es absurdamente probable que estés explorando tu Sumisión desde propósitos tóxicos, enfocándote en llamar la atención por a la simple falta de cariño, o por buscar estatus, obtener seguridad económica o huirle al miedo a la soledad.

Es muy seguro que exista una carencia emocional en tu mente, que aún no hayas identificado y que esté destrozando tu vida pedacitos, de forma muy sutil e inadvertida.

No subestimes esa realidad, el problema no está en los demás, ni en la mala suerte, ni en “poderes ocultos” que atentan contra ti. El peligro más grande está en tu interior, en tu necesidad por buscar comodidad y en tu incapacidad para enfrentar los más simples retos de la vida.

La Sumisión no implica dependencia emocional

Estás acostumbrada a que si lloras te den todo lo que quieres, que si te quejas te ayuden o que si te enojas te demuestren lo especial que eres. Pero, lamentablemente, debo informarte que lo que tú crees que quieres no es lo que necesitas y que nunca habrá ningún nivel de estatus, poder o influencia, que pueda brindarle un significado a todo el sufrimiento que llevas dentro.

En lugar de preguntarte por qué te suceden siempre las mismas cosas, pregúntate por qué eliges siempre los mismos caminos.

Ahora bien, si después de leer todo lo anterior, queda en ti una fuerte seguridad de que no tienes ninguno de los problemas que se mencionaron antes, te puedo asegurar que eres una dependiente emocional crónica.

Sólo la arrogancia de una persona dañada, que se encuentra huyendo de sus miedos, podría ignorar la amenaza de su propio inconsciente. Todos los seres humanos, sin excepción alguna, estamos condenados a la misma miseria.

Algunos simplemente la aceptamos y, por lo tanto, trabajamos en entender lo que nos ocurre. Esa simple actitud nos brinda la capacidad para corregir rápidamente las consecuencias negativas que causamos.

Pero negar tu propia miseria y creer que ya lo superaste todo, o pretender que eres consciente de tu toxicidad, sólo para evitar tener que hacer algo al respecto, son actitudes que no merecen más que la ignorancia y el olvido.

Como Sumisa, estoy dispuesta a reconocer y a entender mis vulnerabilidades, a aceptar que puedo cometer errores y que necesitaré ayuda para encontrar soluciones.

No necesito estar compitiendo con todas las demás mujeres a mi alrededor, para ver quién tiene más estatus. Tengo plena seguridad de que, sea lo que sea que me proponga, va a requerir mucho esfuerzo y sacrificio de mi parte, pero para luchar contra los impulsos de mi propia mente, no contra los demás.

No estoy buscando que nadie me demuestre nada, porque yo ya acepté lo que soy y ya entendí que necesito humildad para mejorar. Ese es el propósito de mi Sumisión.

La Sumisión se enfoca en eliminar tu propia toxicidad

Para poder empezar a entender tus propios conflictos, deberás crear conciencia sobre la altísima probabilidad que tienes de tergiversar las razones por las que estás explorando tu sexualidad y tu Sumisión.

Verifica que cualquier sufrimiento o dolor, relacionado con tu Sumisión, sea derivado desde un proceso claro y esté dirigido a enfrentar tus comportamientos tóxicos. Cuestiona lo que sientes y asegúrate de que tus sacrificios no sean simplemente una justificación a tu miedo de afectar la relación que tienes o de perder lo que ya hayas construido.

El placer de la Sumisión está en el paso a paso, en los pequeños orgasmos mentales que vas obteniendo, desde la confrontación de tus miedos y la solución de tus conflictos internos, a través de la guía de tu Amo.

Si lo anterior no está ocurriendo en tu vida, cambia de rumbo. Ten en cuenta que, cualquier peligro inminente que tu mente pretenda mostrarte al pensar en hacer un cambio, nunca va a ser tan atroz como quedarte con el sufrimiento sin sentido de tu estado actual.

La exploración de tu Sumisión no radica en lo que recibes, sino en el placer que tú misma eres capaz de generar a partir de lo que ofreces. Para alcanzar ese objetivo nunca necesitarás del reconocimiento o la validación de nadie.

La liberación de tu sexualidad es una simple consecuencia de ir descubriendo tu estabilidad emocional, lo cual sólo será posible mediante la disciplina sólida y constante de tu Sumisión.

El riesgo de tu Sumisión se encuentra en no explorarla

Se que suena complejo, pero es totalmente posible, sólo necesitas tomar la decisión de enfrentar lo que llevas dentro y todo eso a lo que le huyes, sin siquiera darte cuenta.

También es totalmente posible encontrar a personas que puedan y quieran ayudarte, pero es tu responsabilidad mostrar humildad para reconocer que no estás en una buena situación, voluntad para ofrecer los sacrificios necesarios para obtener guía y la gratitud constante a través del apego a las instrucciones.

Obvio que no cualquiera puede ayudarte y que, el sólo hecho de ir a buscar a ese tipo de personas, ya representa un riesgo en sí mismo, pero si ya estás leyendo esto, quiere decir que vas por buen camino. Sólo necesitas renunciar a tu ego y sacar ovarios para acercarte a quienes tú sabes que entienden más sobre estos temas que tú.

Cuando te encuentres libre de dudas y rodeada de personas (y me refiero a “personas” en plural, no sólo una, se necesitan varias, un grupo o una comunidad) que realmente te entiendan, que compartan tus objetivos, te apoyen, presionen y motiven para que puedas alcanzarlos, entonces, sí podrás estar en condiciones para disfrutar de tu Sumisión.

Mientras tanto, trata de explorar tus propios miedos y de apreciar tus debilidades, para que puedas entender el origen de los problemas que tú misma estás creando. Luego sí podrás ponerte a trabajar en encontrar a las personas adecuadas que puedan guiarte en tu camino hacia el placer.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *