La exploración de la Sumisión y la Dominación

Dominante

Mi sexualidad no tiene absolutamente nada en contra de mi desarrollo como persona. Todo lo contrario, si hay algo que ha fortalecido mi carácter, enriquecido mi personalidad y enfocado mis metas, ha sido mi Sumisión sexual. Por esa razón, quiero tomar esta oportunidad para denunciar el prejuicio que hay sobre la Sumisión y el ámbito de mi sexualidad.

Dominante o Sumisa no son excluyentes entre sí, uno no es mejor que el otro, son complementos y se necesitan para su desarrollo individual. Así como un empleado debe someterse a la voluntad de su jefe, o un alumno a la autoridad de su maestro, o un hijo a las condiciones de sus padres, un Dominante servirá de guía sexual para su Sumisa, o Sumiso.

Pero no para ahí, un Dominante es un líder para nuestras vidas, es el ejemplo a seguir, es el que ha tomado la decisión de explorar lo desconocido y ha tenido la valentía de regresar para mostrarnos el camino.

Como seres humanos estamos construidos por diversos ámbitos en los que nos desenvolvemos. Para la mayoría de estos ámbitos existen estructuras establecidas para el desarrollo de nuestras habilidades. Esas estructuras son celebradas y promovidas, sin importar la efectividad de sus procesos ni las consecuencias negativas que producen.

Aún así, para nuestro ámbito sexual estamos solos, nadie nos guía, nadie nos educa.

Me pudre esa gente que, basados en ideologías extremistas y traumas personales, que reprimen su mente y nublan su visión, van lanzando agresiones y estableciendo prejuicios sobre lo diferente. Estos individuos sólo buscan señales de virtud que calmen su necesidad de estatus, dedicándose a crear esquemas estrictos, conservadores y autoritarios, que van en contra de la diversidad en gustos, opiniones y placeres.

Esa realidad se expande no sólo en nuestra sexualidad, sino también en todos los ámbitos de nuestras vidas.

Un Dominante cuestiona esas perspectivas y encuentra una nueva forma de darle sentido a cada ámbito desde la validez del placer.

La Dominación/Sumisión no se trata de una lucha de poder, o de imposición sobre la debilidad, se trata de disfrutar y de aprender. Es un camino que te llevará a encontrar tu mejor ruta hacia el placer. Un Dominante, debido a su naturaleza, tendrá más valentía para explorar, menos prejuicios y más agresividad para superar obstáculos. Un Sumiso, o Sumisa, necesitará la motivación adecuada, un camino a seguir y una disciplina que lo sostenga.

El objetivo de la Dominación/Sumisión es conocernos a nosotros mismos, saber hasta dónde podemos llegar, lo que nuestra naturaleza puede ofrecer y lo que verdaderamente nos llena como seres sexuales y humanos. 

La Dominación no es sinónimo de carácter o de violencia, así como la Sumisión tampoco lo es de ingenuidad o lástima. Ambas son formas de disfrutar la sexualidad y la vida entera, son condiciones naturales que le permiten a dos, o más personas, poder explorar placeres que de forma individual, que bajo otras circunstancias, no se podrían alcanzar.

Existimos personas que disfrutamos cuando nos Sometemos y cuando sentimos dolor. Somos felices viviendo nuestra sexualidad y nuestra vida de esa forma, y merecemos respeto por lo que somos. Así como también existen Dominantes que, sin necesidad de violentar o abusar, disfrutan de causar dolor o de Someter a otras personas, con consecuencias absolutamente placenteras para todos, y ellos también merecen reconocimiento.

Es cierto que hay violencia hacia las mujeres por parte de hombres que tienen actitud Dominante. Esto es innegable. No sólo la violencia es reprochable, sino que también, los efectos nocivos sobre la estabilidad emocional de muchas mujeres, terminan siendo es un problema muy recurrente. Pero, por otro lado, también es innegable que existen mujeres que, ya sean Sumisas o Dominantes, están generando violencia hacia y desde los hombres.

No se trata de un género o de un grupo de personas, lo que tenemos es un problema de ignorancia colectiva y represión social, que no permite que el ser humano pueda explorarse sexualmente sin generar conflictos.

Por eso me fastidia sobre manera cuando veo a personas denigrando de la Sumisión, o de las expresiones Dominantes, mientras ellos mismos llevan años sin tener un buen orgasmo, cuando su propia sexualidad se ha transformado en un mar de ignorancia, ocultándose detrás de sus propios miedos y limitando sus placeres por razones que ni ellos mismos alcanzan a entender.

O peor aún, ignorantes que dicen ser Dominantes, pero que jamás han creado una experiencia placentera en sus vidas y que no tienen control alguno de sus propios instintos. Idiotas que van por la vida tratando de justificar su necesidad sexual insatisfecha.

Lamentablemente, también hay mujeres que, debido al aburrimiento que genera reprimir su naturaleza de Sumisas, terminan dándole valor a expresiones ignorantes, tóxicas, e incluso denigrantes, de parte de pseudo-dominantes que no tienen ni idea de la verdadera Dominación, y que sólo buscan sexo fácil y vacío.

Bajo esas circunstancias es lógico y muy común que exista compatibilidad desde esas necesidades tóxicas, derivando en la creación de relaciones de parejas tradicionales con condicionantes  irracionales, que siempre terminan en conflictos trágicos para todos los involucrados.

Tener una relación de pareja no implica un potencial para la Dominación/Sumisión, todo lo contrario. Una relación de novios, o esposos, representa la estructura de lo ya establecido, con consecuencias grotescas y represivas sobre la expresión de la naturaleza y el desarrollo del ser humano.

Las relaciones tradicionales de pareja son la razón por la que muchos Dominantes, ignorantes de su naturaleza, están haciendo un mal uso de su sexualidad. Esa ignorancia radica en la misma falta de libertad para explorarse y en las limitaciones que impone una sociedad enferma, cobarde y retrógrada.

Desde la exigencia de comunicación constante, pasando por la búsqueda de atención en redes sociales, hasta las expresiones abusivas de acoso callejero, el control de las amistades y el aislamiento en pareja, la incapacidad que tenemos como personas para aceptar nuestro ser sexual y expresarlo sin miedo a ser juzgados, nos ha obligado a renunciar a nuestra tranquilidad, exponiéndonos a una insatisfacción enfermiza, derivada únicamente de seres sexualmente reprimidos.

La ignorancia en la que vivimos sobre nuestra sexualidad, el hecho de que la masturbación sea un pecado y que las expresiones sexuales más básicas del ser humano sean vistas como algo de mal gusto, lleva a las personas a acumular necesidades de forma agresiva, hasta el punto de expresarse violentamente, sin responsabilidad, sin un objetivo claro y haciendo daño a quienes encuentran a su paso.

La realidad es que todas esas situaciones de violencia o conflictos, NO están ligadas a la naturaleza sexual de una persona, están ligadas a estereotipos nocivos de relaciones tradicionales de parejas que se basan en carencias emocionales.

Pero estas expresiones podrían ser eliminadas si brindamos espacios, conocimiento, herramientas y libertad en la exploración de nuestra sexualidad. La Dominación/Sumisión es una alternativa a esa realidad, es una opción que busca una solución a los conflictos que las relaciones tradicionales presentan.

Tratar de incluir esquemas como el BDSM en las relaciones tradicionales sólo genera más represión y conflicto, confusiones que llevan a potencializar las carencias emocionales en personas incautas.

No nos engañemos más, hagamos una pausa, date un segundo para analizar cómo quieres vivir tu sexualidad. Liberémonos de la opresión social y tomemos la decisión de explorar lo que somos. Si es por voluntad propia, si no se le está haciendo daño a nadie, si tu objetivo es el placer, ¿qué de malo tiene?

Ahora bien, explorar de forma individual sólo te llevará hasta donde tus propios límites te permitan llegar. Necesitamos Dominantes Experimentados, maestros que ya hayan recorrido el camino, que hayan encontrado una mejor forma y que nos permitan superar nuestros límites.

Como Sumisa no puedes entregarte a cualquier individuo que simplemente plantee una forma diferente para tener sexo. Necesitas un guía con experiencia, con criterio y con conocimiento, no simplemente un necesitado sexual.

Tu condición de Sumisión se reduce a tu capacidad para identificar a un Dominante Experimentado y a la voluntad que puedas inspirar para explorar, entregarte y obedecer.

Quitemos los estigmas sociales, los prejuicios denigrantes y las agresiones sobre nuestra diversidad sexual, sólo entonces podremos esperar solucionar consecuencias tan denigrantes como la violencia contra las mujeres, los celos o incluso la depresión.

Si desvinculamos los prejuicios sobre lo sexual y nos dedicamos a construir placer, en lugar de miedos y limitaciones, tal vez podríamos encontrar más escenarios llenos de paz y felicidad.

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