La extraña relación entre los hongos alucinógenos y la Sumisión

Destruccion del ego

Mucho se habla de los efectos positivos que los hongos alucinógenos tienen sobre personas con depresión, ansiedad e incluso con estrés postraumático.

Estos efectos están superando a los de los antidepresivos convencionales, porque los hongos alucinógenos no alteran la química cerebral, ni tienen los efectos secundarios desagradables, que sí pueden generar los antidepresivos.

Una teoría que explica este efecto, plantea que los hongos alucinógenos funcionan mejor, porque ofrecen una experiencia subjetiva, pero alternativa, sobre las propias concepciones y perspectivas, que un individuo puede tener sobre su vida, sus problemas y también sobre la interacción con su entorno.

Los colores se vuelven más brillantes, los sabores más intensos, los sentimientos se tornan opuestos y hasta el propio peso tiende a desaparecer, reportando sensaciones de flotar en el aire.

Sin embargo, el suceso más recurrente que cuentan las personas que viven estas experiencias, es el de sentirse parte del universo, de darse cuenta que hay factores mucho más grandes que ellos mismos y que, desde ese estado, les es posible alcanzar una realización trascendental sobre el papel tan insignificante que ellos tienen en la vida.

Y es aquí donde tengo que crear una relación muy fuerte con mi Sumisión, porque mi estilo de vida me enseña exactamente la misma cosa.

Hay algo profundamente liberador al asumir mi vulnerabilidad y reconocerme como un ser insignificante. Al Someterme y abandonar mi ego, mis problemas se vuelven pequeños, manejables y totalmente normales, alcanzando una enorme disposición para entender que tal vez lo que yo pienso está equivocado y que simplemente debo salir a explorar nuevas alternativas.

Perderme en la humillación y la destrucción de mi ego, me permite crear consciencia sobre las consecuencias atroces de no saber controlar mis instintos, me brinda todas las herramientas que necesito para enfrentar la realidad de que es normal cometer errores y de que mis sentimientos son simples ilusiones de mi cerebro.

Esta perspectiva no es exclusiva de mi estilo de vida, existen mecanismos muy poderosos como la meditación, las experiencias cercanas a la muerte e incluso los deportes, que logran estimular esas mismas sensaciones a través de disciplinas muy transformadoras.

Gastamos demasiado tiempo atacándonos, autosaboteándonos y destruyendo nuestra mente, de forma inconsciente y sin ningún objetivo claro. Ya es hora de acoger ese masoquismo involuntario y enfocarlo hacia un rumbo más empático, más solidario con nuestra propia naturaleza y mucho más placentero.

Es mucho mejor presumir ignorancia y estimular una súplica por aprender, que creerte lo máximo y que ya lo conoces todo, exponiéndote a caer en la trampa depresiva de tus instintos.

Por esa razón, seas Dominante o Sumisa, nunca podrás evadir el hecho de que, cualquier rasgo de placer al que pretendas aspirar, requiere de ir más allá de tus propios límites y de lo que tus creencias te puedan plantear.

No importa el método o la disciplina que utilices, ya sean hongos, religión, meditación o Sumisión, simplemente ten presente que la salud mental y la solución a los problemas emocionales más serios del ser humano, se están dando desde la alternativa común de la humildad y la destrucción del ego.

Esa evidencia merece tu voluntad, o por lo menos, tu atención.

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