La Sumisión empieza por entregar tu mente, no tu cuerpo

Entrega tu mente

Lo que nos afecta no es el dolor, ni los comportamientos, ni las cosas que nos suceden, sino que son nuestras simples interpretaciones lo que termina asignándole sufrimiento a cada fenómeno que enfrentamos.

¡Abandona tu ego y estimula tu humildad!

No puedes confiar en el primer impulso que salga de tu mente, porque muy probablemente estarás influenciada por las malas interpretaciones de tus instintos o las tergiversaciones de tus carencias emocionales.

Para explorar la Sumisión, tendrás que aprender a cuestionar tus sentimientos e identificar los límites que tu propia mente le pone a tus experiencias.

Es cierto que el sexo juega un papel extremadamente importante en la exploración de la Sumisión. Pero, el sexo es una simple herramienta, enfocada en descubrir lo que tus capacidades pueden ofrecer, más allá de los impulsos de tus instintos.

Antes de utilizar tu cuerpo como mecanismo de expresión en tu Sumisión, primero deberás entregar tu mente y destruir todos los límites que le impones a tu sexualidad.

La conciencia sobre tu toxicidad y tus debilidades, serán las ofrendas más grandes que le puedas entregar a un Dominante Experimentado.

No puedes Someterte sin vulnerabilidad y no puedes pretender vivir sin enfrentar tus debilidades. El buen sexo es simplemente una consecuencia de exponerte a todo lo que te da miedo.

Cualquier otra idea es simplemente una justificación a todos tus instintos y necesidades.

Si quieres explorar más sobre ésta perspectiva particular de la Sumisión, el siguiente paso será documentarte sobre la disciplina del Beran X Hedon, que encontrarás en el libro Entrenamiento para Dominantes.

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