Las ofrendas de mi Sumisión

Arrepentimiento

Sé que mis actos no han hablado de la mejor manera sobre mis ganas de Someterme a tu voluntad. He atentado contra lo que me define como Sumisa y, peor aún, contra lo que tú has alimentado y construido en mí. Sé que no existe perdón, es lo que menos estoy esperando después de todo lo ocurrido. Pero, por favor, ten compasión. Estoy aquí, renunciando a mi orgullo, arrastrándome en el piso y sin ningún otro objetivo más que obtener tu paciencia para que escuches mi propuesta.

No quiero continuar atentando contra ti, porque ya comprobé que significa lo mismo que atentar contra mí. No quiero autosabotear mi camino hacia el objetivo de ponerme a tu servicio. Para mí, tu autoridad es el aspecto más importante en mi vida. A través de ella, he logrado sentir un cambio que jamás habría imaginado antes.

Desde lo que una vez fui, aquella niña cobarde, llena de ansiedad y tristeza, perdida en las exigencias de la sociedad, hasta lo que has logrado inspirar hoy en mí, una Sumisa orgullosa, luchadora y entregada, sin miedo a enfrentar cualquier reto que la vida me ponga.

Por eso estoy aquí, por eso he vuelto, porque sé que mi comportamiento fue en contra de todo lo que me has aportado, porque sé que lo que hice le quita valor a tu autoridad y me aleja de tu voluntad.

Pero, también regreso porque quiero ir en contra de mi miedo a equivocarme y quiero honrar lo que tú me has aportado. Fuiste tú quien me enseñó que todos cometemos errores, que nos dejamos llevar por miedos irracionales o prejuicios sociales estúpidos, que nos hacen asumir comportamientos de los cuales solemos arrepentirnos.

Yo no quiero continuar así, quiero estar bien de mi cabeza porque quiero servirte de la mejor forma posible. No quiero que mi comportamiento termine reprimiendo lo que soy o lo que puedo ofrecerte.

Y por esa misma razón, estoy segura que tú me entenderás, podrás redireccionar mi camino y recibirme nuevamente a tus pies.

Estoy muerta del susto, no sé qué va a pasar, ni cómo tú vayas a reaccionar, pero también tengo plena seguridad de que no quiero parar, no quiero renunciar a esta transformación que tú has logrado iniciar. Quiero sanar para poder estar plenamente a tu disposición.

Entiendo si no puedo tener tu guía y sé que he perdido cualquier privilegio que venga de ti. Pero, hoy estoy aquí, decidida a enfrentar lo imposible, para demostrarte que tu esfuerzo no ha sido en vano.

Por eso te ofrezco mi proceso, todas mis ganas para recuperar tu autoridad y mi eterna voluntad para que me permitas vivir a tu servicio.

No espero nada de ti con esta muestra de arrepentimiento, sólo te ruego de rodillas y arrastrada a tus pies, que no pierdas la fe en mí. Tú sabes lo que yo quiero y tú sabes que yo puedo lograr.

Sólo te suplico que recibas esta pequeña expresión como una muestra de mi deseo por entregarte mi Sumisión:

Asumiré mi responsabilidad

No huiré de mis miedos

Te ofrezco mi voluntad

Escucha mis súplicas

Castígame, por favor

No me quedaré en palabras

Decidir Actuar

Conclusión

Esto es sólo una muestra de lo que la Sumisión debería estar generando desde una disciplina sólida. Si una Sumisa no está mostrando estás consecuencias, es porque no existe una autoridad que las estimule.

Cada quien es libre de hacer lo que quiera, pero definitivamente hay sólo unos pocos procesos, que realmente llevan al placer. No justifiques tu ignorancia con señales de virtud, derivadas de conceptos malinterpretados de la libertad. No huyas de tu ignorancia, buscando estatus a través de la destrucción de los que te rodean. Es más fácil, generar humildad y voluntad para aprender.

Suscríbete a mi Grupo de Telegram para que podamos permanecer en contacto.

2 comentarios en «Las ofrendas de mi Sumisión»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *