Mi Sumisión implica una vida sin excusas ni justificaciones

Viviré mi vida sin excusas

Mucha gente enfoca su existencia en buscar mecanismos facilistas que le permitan vivir de forma perfecta.

Pues yo creo que eso es estúpido.

La mayoría de la gente no tiene idea de lo que implica la perfección.

A menos que te enfrentes a la incomodidad, el sacrificio y los grandes obstáculos de la vida, nunca tendrás criterio para hablar de perfección, ni de placer, o felicidad y, mucho menos, podrás darle un sentido a tu vida.

El hedonismo evolucionó hacia el estoicismo porque se dieron cuenta de la miserable vida que generaba una búsqueda de placer sin sacrificio ni esfuerzo.

Eso fue hace más de 2.400 años y, aún así, hoy en día, la gente continúa creando estructuras ignorantes, infructuosas e insignificantes, para tratar de manifestar felicidad desde la comodidad de sus burbujas de seguridad y protección.

La insatisfacción es imperceptible cuando nunca se ha probado nada, y me aterra tener que vivir en una mentira de esas.

Por eso no me inspira el BDSM, no me emociona meterme en sesiones casuales de reglas y protocolos que impongan límites a la exploración, sólo por el miedo a explorar lo desconocido o a las consecuencias negativas de la ignorancia de aquellos que no tienen control sobre sus instintos.

Yo quiero sentir, deseo vivir, me apasiona disfrutar. El placer es lo que inspira mi alma.

Y si eso implica tener que pasar momentos desagradables, pues será ese el precio que pagaré por evitar vivir perfecta pero insatisfecha, bendecida pero mal culiada, o toda una diva pero amargada.

Ya no me llenan las relaciones insulsas, donde cada uno actúa con el cuidado necesario sobre sus propias emociones, para no aflorar las inseguridades del otro.

Me cansé de los príncipes azules, ilusos que se creen machos, pero que sólo son unos niños malcriados, incapaces de mirar más allá de su mediocre comodidad. O de las princesas delicadas, que odian su sexualidad, y viven reprimidas, huyendo de lo diferente, de sentirse expuestas, de enfrentar el sacrificio y sufriendo al sentir la más mínima incomodidad.

No quiero jugar a lo bonito ni a lo romántico, ocultando mi lujuria y mi obscenidad, por el simple hecho de no querer decepcionar a los demás. O engañarme a mí misma sobre lo que realmente me hace sentir mujer, limitando lo que puedo disfrutar, por andar comparándome con aquella princesita, o con la más perra, o la de mejor familia.

Estoy aburrida de las propuestas hostigantes de pseudo-dominantes, abrumados por las ilusiones del porno ficticio, que usan el BDSM para ocultar su incapacidad de inspirar placer y su necesidad insatisfecha de sexo duro.

No necesito buscar la atención de ignorantes reprimidos para poder sentirme especial, yo sé de lo que soy capaz, yo sé que puedo inspirar a un verdadero Dominante, sólo tengo que encontrar uno que me muestre el camino para salir de este mundo tan insípido.

Ya no quiero someterme a estándares represivos y estilos de vida que sólo buscan cubrir su necesidad de atención y estatus. Prefiero seguir un camino diferente, que aunque incierto, sea yo quien lo elija y no la costumbre, lo moralmente correcto, o lo que todo el mundo exige.

Caminaré únicamente por donde tenga la plena seguridad de que encontraré aventura y placer.

Tengo derecho a abandonar el guión que se me asignó. Puedo dejar de responder a las demandas de mi entorno, y sé que tengo la capacidad para ir en contra de lo ya establecido.

Quiero vivir mi vida sin excusas, sin pensar que no puedo, que estoy muy gorda o muy flaca, que no soy suficiente, que no es el momento, o que quizás mañana sea mejor.

El cambio implica dolor y eso aterra, pero ya me cansé de andar quejándome por no alcanzar mis metas. Por más duro que pueda ser, y por más miedo que pueda sentir, no voy a dejarme engañar por el espejismo del facilismo.

Así que, elijo dejar de huir y aceptar mis debilidades, apreciarlas por lo que son, y adaptarme para mejorarlas.

Las niñas malas nunca irán al cielo, pero yo prefiero una eternidad en el infierno antes que un segundo sin el éxtasis de mi perversión.

Podrá ser sucio, obsceno, incluso violento, y dolerá más allá de lo que jamás podría soportar. Pero ya estoy viviendo la alternativa y es un asco. Sólo quiero entender y controlar este desenfreno que alimenta mi alma con lujuria y pasión.

Los golpes siempre vendrán, la vida siempre estará llena de obstáculos, y debo prepararme para recibir y superar cada uno de ellos. No creando miedos o asustandome por lo que viene, sino con seguridad en mi fortaleza para caer, levantarme, sacudirme y seguir adelante.

Podrá ser aterrador, desolador, e incluso confuso, probablemente todo vaya en contra de lo que creo, o de lo que conozco.

Pero necesito esto, necesito explorar, necesito conocer mi Sumisión.

Anhelo someterme a la autoridad y a la exigencia de quien me ayude a alcanzar mis propósitos, de quien me muestre cómo encontrar mi placer.

Y sé que debo prepararme, sé que debo ir con calma, sé que debo buscar ayuda, pero también sé que puedo lograrlo.

Mi cuerpo me lo pide, y me importa un culo lo que pase, voy a luchar por lo que quiero.

¡Y voy a hacerlo ahora mismo, desde este instante!

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