Ser Sumisa
Desearás detenerte, vas a necesitar descanso, vas a sentir que no puedes soportarlo. El miedo es el camino más natural y renunciar será lo que tu mente siempre exigirá. Y aun así, el sacrificio del presente será la fortaleza del futuro.
¡No desistas! Ignora el impulso natural de huir. Piensa en la razón por la que estás en esta situación. ¿Cuál es tu objetivo? ¿Qué te motivó a someterte a esa situación?
No hay un solo logro en esta vida, que valga mínimamente la pena, que pueda ser concebido tomando el camino más fácil. Para alcanzar un objetivo siempre tendremos que realizar un sacrificio, y entre más grande sea más gloriosa la recompensa. ¡No desistas!
¡No desistas! ¡Sé valiente! Demuestra lo que eres, lucha por lo que quieres, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán más adelante ¡No desistas!
El dolor siempre estará presente en nuestras vidas, es inevitable, pero el sufrimiento es opcional. Tendemos a sufrir por cosas irreales o por las razones equivocadas. Sufrimos por cobardes, sufrimos porque así lo elegimos, porque el miedo nos controla y nos lleva por ese camino. Pero eres tú, y siempre serás tú, quien decida las razones que valen la pena para someterte a cualquier sufrimiento. Elige bien, y por más insoportable que sea el dolor, el deseo por cumplir el objetivo te colmará de fuerzas para seguir adelante, eso te mantendrá inmune al dolor.
¡No desistas! ¡Resiste! Recibe el placer del dolor que extingue el martirio de tus debilidades. No estás aquí para huir, estás aquí para ir más allá, para vivir, para sentir ¡No eres débil! ¡No desistas!
Renuncia a tu zona de confort, no desperdicies las oportunidades que la vida te pone en el camino, sal a comerte el mundo. Nada nunca dura para siempre y, si logras derribar la barrera de la aflicción pasajera, al final solo quedará la paz, la tranquilidad, la satisfacción del deber cumplido, el éxtasis de apagar la mente y el poder de enfocarse.
Elegir el dolor, es elegir saber que hay más allá de cualquier obstáculo. No te quedes ignorante en la comodidad de los límites. Disfruta de las anécdotas escritas en la piel de tu valentía, en lugar de la hoja en blanco de una cobarde. Escoge crecer, ser fuerte, vivir, conocer y explorar. Apasiónate por las cicatrices estimulantes del placer, las huellas indelebles de lo superado y el abuso edificante, que sólo otorga la pericia del sacrificio.
