Ser Sumisa
Sé que he perdido mi rumbo y que tal vez esté alejada de lo que quiero ser. Pero, si alguna vez estuve a tu servicio, es porque conozco la ruta. Sólo aspiro a que este esfuerzo lo consideres tuyo, exclusivamente para y por ti.
Por eso mismo, no quiero ofrecerte disculpas inciertas, ni promesas de mejoras a cambio de tu perdón, ni tampoco justificaciones ilusorias a mis debilidades, ni mucho menos, el simple alivio sexual para desviar la atención sobre lo ocurrido.
Quiero ofrecerte la voluntad de mi Sumisión hacia ti, que sientas mi necesidad por tu autoridad y la miseria que invade mi mente al no tenerla.
Te ofrezco mi valentía para mirar atrás y reconocer mis debilidades, el pensamiento crítico que necesitaré para cuestionarme, la fortaleza que sólo exige la transformación de lo negativo en positivo, el carácter para renunciar a la comodidad de los miedos y la creatividad para buscar lo que verdaderamente quiero ser.
No daré un solo paso que no esté dirigido a retomar tu camino, a darle sentido a mi vida y a entregarme a ti.
Estoy y estaré absolutamente dispuesta a lo que sea por demostrarte que, sin importar las circunstancias, yo siempre voy a estar humillada a tus pies y poniendo mi vida al servicio de todo lo que tú eres capaz de ofrecer.
