
Sé que mis actos no han hablado de la mejor manera sobre mis ganas de Someterme a tu voluntad. He atentado contra lo que me define como Sumisa y, peor aún, contra lo que tú has alimentado y construido en mí. Sé que no existe perdón, es lo que menos estoy esperando después de todo lo ocurrido. Pero, por favor, ten compasión. Estoy aquí, renunciando a mi orgullo, arrastrándome en el piso y sin ningún otro objetivo más que obtener […]