Protege el valor de lo prohibido

Proteger lo Prohibido

Mi sexualidad está para ser explorada, no para evitarla. Está para disfrutarla y para estimularla, no para avergonzarme, ni para castigarla.

Cualquiera que plantee lo contrario es porque algo oculta, un gran temor controla su interior y, tarde o temprano, toda esa miseria acumulada tendrá que salir por algún lado. Mejor aléjate de esas perspectivas y busca cualquier otra alternativa que te permita vivir de forma significativa.

No me mortifico con mi Sumisión, mi conciencia está tranquila y mi miedo ya vencido, porque en las tinieblas de lo prohibido, siempre encontraré mi redención.

Ser juzgada por cobardes me llena de emoción, nunca descartes a los que te juzgan, porque esas son las personas que te muestran que vas por buen camino, con esas personas en la mira podrás identificar quiénes son los que realmente merecen lo que compartes.

Al mismo tiempo, ir en contra de lo que los cobardes tachan de prohibido, le da un sabor más atrevido al placer de la perversión.

Me oculto por elección, pero bajo la obligación de la introspección. Con el apoyo de mi Amo construiré las herramientas que necesito para descubrir lo que soy y destruir cualquier indicio de confusión. Me oculto porque el “qué dirán” no me aportará en mi crecimiento personal, sólo entorpecerá mi camino con la opresión y el riesgo de la depresión.

En el reino del excluido yace el tesoro de la diversidad, las riquezas de lo exótico y la oportunidad de la felicidad. Sólo ahí podré ser quien se me dé la gana, transformarme en lo que necesito para crecer de la nada y ser valorada por quien realmente pueda descifrar lo que comunica mi mirada.

No cualquiera entiende este estilo de vida y son muchos a los que les genera temor. Hay demasiado imbécil pensando, que cualquier expresión de una Sumisa, es sinónimo de un “hueco fácil donde meterla”.

Entiendo que hay instintos, que hay una cultura nociva, que incluso hay muchas mujeres que, sin darse cuenta, están promoviendo ellas mismas ese comportamiento.

No me interesan las razones por las que pueda existir este tipo de imbécil, me conformo con saber que ese imbécil, una Sumisa, jamás podrá merecerla.

Ante esa situación no existe una salida, sólo queda enfrentarlo con valor, entrenar duro para saber escoger a los que nos rodean y mantener la clandestinidad de nuestro propio paraíso emocional.

Y es en este punto en el que agradezco a mi Amo por haberme mostrado que, a pesar de que siempre existirán esos imbéciles y de que siempre serán la mayoría, también siempre existirá una salida. Podemos tener control absoluto sobre la forma cómo nos sentimos por la abatida de los prejuicios y conflictos, que los demás puedan reflejar. Podemos decidir no dejarnos afectar por la toxicidad, concebida sólo por aquellos que no saben disfrutar.

En lo oculto me refugio, me defiendo de esta podrida sociedad, aparto al imbécil y creo mi propia seguridad, para expresarme sin miedos ignorantes que limiten mi capacidad, ni barreras envidiosas que atenten contra mi libertad.

Pero, mantener mi naturaleza camuflada no es sólo un acto de protección, también es un mecanismo de sanación, es el escenario ideal para estimular la higiene emocional que necesito para curar cualquier herida, manteniéndome alejada de la absurda obsesión primitiva con el estatus o el cariño.

Alardear de Dominación o de Sumisión sólo se presenta en aquellos que buscan llamar la atención, que pretenden validar su posición o que simplemente viven en la miseria eterna de la comparación.

Vivir pegada de un teléfono embustero, bajo una fachada demasiado evidente, en el frenesí pornográfico de fotos y desnudos incipientes, carentes de cualquier propósito placentero, incapaz de construir ni una sola experiencia permanente, nunca te permitirá evitar el desespero del aburrimiento, ni el huracán que creará tu alma para tratar de entender, sentir y explorar el éxtasis de conquistar tus propios obstáculos o la seguridad que genera el saber hasta dónde eres capaz de llegar.

Mi Sumisión es sólo para mi Dominante y para con quien Él elija compartirla, no para cualquier idiota que no sepa valorarla.

Pero tampoco puedo dejarme llevar por la podredumbre de mi carencia de cariño, que suele activarse fácilmente por los elogios básicos de un simple principiante. No puedo dejarme traicionar por las justificaciones que mi necesidad de atención plantea, sólo para hacerme renunciar a lo que realmente me apasiona e ir a buscar la opinión de los demás.

Debo mantenerme firme y luchar, si una Sumisión verdadera quiero entregar.

Y es que les estoy haciendo un favor, porque la estabilidad emocional que emana de mi Amo, a la cual yo pertenezco, le destruirá el alma a cualquier pendejo que trate de expresar conmigo su ignorancia o sus vicios. Darse cuenta de que han sido sus propios miedos y prejuicios los que han destruido su propia identidad, es una realización que muy pocos están preparados para enfrentar.

Desde el disimulo de mi condición, la tranquilidad de mi bajo perfil me permite alejarme de la mediocridad y la cobardía de la represión. En la intimidad de quienes realmente me entienden y apoyan lo que soy, y puedo ser, siempre podré controlar al ignorante, explorar todos los rincones de mi mente y sumergirme en la búsqueda de mi placer.

Protege siempre el valor de lo escondido, desde los demás nunca podrás conocerte, porque para llegar realmente a quererte, tendrás que ir más allá de lo conocido.

¡Sé libre y disfruta lo prohibido!

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