Ten cuidado con la visión pornográfica de la Sumisión

La Pronografía y la Sumisión-1

Quiero hablar de esa visión pornográfica que se tiene de la Sumisión y del riesgo que esa perspectiva implica. No sólo para las mujeres, sino también para los hombres y para cualquier género, incluso para los vainillas reprimidos y para aquellos pervertidos que desean explorar su oscuridad.

No me malinterpreten, no estoy en contra del porno, me encanta ver porno y me fascinan los relatos eróticos. De hecho, tengo muchos relatos eróticos pendientes para ser publicados.

Pero, no podemos asumir que el porno representa el objetivo de lo que queremos o podemos alcanzar con nuestra sexualidad. El porno es simplemente una herramienta, es una forma de expresión para explorar ideas o fantasías.

El problema es que hay personas que usan mal esa herramienta, hay gente que por huir a lo que sienten, se reprime tanto, que cuando ven algo tan sencillo como una teta medio expuesta o una representación del acto sexual, se transforman en animalitos sin control ni conciencia y terminan haciendo estupideces.

Pero la causa de esas estupideces no es la pornografía. Todas las consecuencias negativas, que están surgiendo desde el consumo de ésta, son derivadas de las prohibiciones y la falta de información que existe sobre el sexo. Es la idea medieval de que el sexo es un pecado, lo que lleva a una ignorancia absurda sobre los impulsos y los procesos instintivos de la propia naturaleza. La visión puritana y la represión que genera el miedo al sexo, están promoviendo patrones de comportamiento atroces en el ser humano, que pueden llevar al abuso y a la violencia.

Una de esas asquerosas consecuencias es la visión reducida de la Sumisión, donde se limitan sus expresiones únicamente a una forma de tener sexo o a cierto tipo de fantasías.

De aquí surge la actitud estúpida de los pseudo-dominantes que andan buscando Sumisas como si fueran una muñeca inflable que cualquiera puede usar.

Pero también, surgen las tergiversaciones de pseudo-sumisas que andan huyendo de sus propias pasiones, porque creen que explorar su Sumisión implica ir a recibir cualquier tipo de abuso o pérdida de identidad.

Tetas, culo, vagina, eso lo puede ofrecer cualquiera, pero no te engañes, también pasa lo mismo con la lealtad, el amor y la atención. Cualquier imbécil reprimido, de cualquier género, podrá ofrecerte todos esos conceptos.

¿De verdad quieres rodearte de esos conceptos tan básicos? ¿De verdad quieres exponerte a cualquier imbécil reprimido? ¿Cómo te ha ido hasta el momento con esos conceptos? ¿Ya alcanzaste la vida maravillosa que se supone debes tener?

No culpes a la pornografía por tus malas elecciones.

La pornografía en la Sumisión 2

Si estás buscando lo bonito, lo romántico, o evitar cualquier rasgo de incomodidad o dolor, pues obvio que nunca vas a entender cómo usar la pornografía de forma placentera.

La pornografía puede afectar negativamente cuando no se tienen suficientes herramientas emocionales o información sobre las opciones disponibles. Y si escoges parejas que no tengan ni idea sobre buen sexo, obvio que la pornografía va a tergiversarse exponencialmente.

Si la pornografía se torna desagradable, es porque estás consumiendo perspectivas desagradables, no sólo sexo reprimido e insignificante, sino también conductas tóxicas, llenas de necesidad de cariño y obsesión por la atención. Bajo esas condiciones, obviamente que la pornografía se convertirá en una amenaza desde múltiples frentes.

Por otro lado, si estás consumiendo sexo desde la urgencia instintiva del orgasmo, sin tener conciencia sobre un propósito placentero o un objetivo que le aporte algo a tu vida, pues obviamente tus expectativas no se adaptarán a la realidad y terminarás pensando que por tener tu pene en una vagina ya tienes derecho a jalar el pelo, a nalguear o a abusar.

O peor aún, que toda la infinidad de la condición de Sumisión sólo se pueda expresar en una “sesión”, donde tú deberás pagar con sufrimiento y abnegación por la oportunidad de ser amada, consentida y valorada.

El problema no es la pornografía, el problema es la visión pornográfica y represiva que tú asumes sobre el sexo.

Y eso es lo que quiero señalar hoy aquí, quiero crear conciencia de que al pensar en el sexo como algo repugnante, al buscar el romanticismo en tus relaciones, y al no instruirte e informarte sobre tu sexualidad, te expones a relaciones tóxicas, conflictivas y con comportamientos que pueden terminar fácilmente en agresión y violencia. Al final de ese camino, sólo queda la depresión y la insatisfacción.

Dejemos de pensar en el sexo como algo para personas dañadas, dejemos de asombrarnos por la pornografía y tratemos de explorar en paz, y sin tanto prejuicio.

La Sumisión debe expresarse desde algo más que el sexo y el sexo debe apuntar a algo más que una simple penetración o un orgasmo.

El sexo te puede ayudar a identificar y conocer tus instintos, puede convertirse en una herramienta extremadamente poderosa para estimular tu fuerza de voluntad y enfrentar cualquier obstáculo.

Pero no sólo eso, también es posible establecer una disciplina, que permita identificar los propósitos adecuados que le den significado a tu vida.

El amor, la lealtad y la felicidad serán simples consecuencias de todo ese proceso y de tu capacidad por enfocar tu voluntad hacia construir una vida que gire en torno a la búsqueda del verdadero placer.

Eso no lo alcanzarás leyendo esto, ni viendo porno todos los días, ni imaginando fantasías morbosas sin sentido. Si no vences el miedo y si no tomas la decisión de sacar de tu mente todas esas perspectivas sesgadas sobre tu propia sexualidad, jamás podrás empezar a practicar y, mucho menos, llegar a sentir una verdadera experiencia de sexo placentero.

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